El tercer jinete del Apocalipsis y el colapso de las abejas

Las abejas son vitales en la cadena alimenticia, y en especial para el hombre. Casi el 90% de la polinización de las flores es realizada por ellas. Son las abejas las que transportan el polen de una flor a otra, lo que posibilita el transporte de semillas y la formación de frutas y verduras, como nueces, melones, bayas, cítricos, manzanas, cebollas, brócoli, pimientos, berenjenas, aguacates, pepinos, tomates, café, cacao, entre muchos otros más.



Según los científicos, si las abejas llegaran a desaparecer el hombre también desaparecería en unos pocos años. Se estima que las abejas son responsables del 90% de la polinización en la naturaleza. No hay manera de sustituir el proceso de polinización de manera artificial, ni tampoco han habido avances en la materia.
Por ello ha provocado alarma mundial la noticia de que las abejas están extinguiéndose misteriosamente. Desde 2006 los apicultores han reportado enormes pérdidas en la población de abejas de sus colmenas, y los científicos aún no hallan respuesta a este dilema. Se le ha llamado el Síndrome del Colapso de la Colmena (o en inglés, Collapse Colony Disorder, CCD).

 

Así lo afirmó en una publicación del 2007 la National Geographic News: "Sin dejar rastro alguno, algo está causando que las abejas desaparezcan por millares." No sólo desaparecen, sino que lo hacen a un ritmo demasiado acelerado, tal como lo comentó la BBC en una de sus publicaciones científicas: "Las abejas están desapareciendo a un ritmo alarmante." Esto sin duda tendrá repercusiones para el hombre a través de la agricultura, como lo publicó recientemente en Febrero de 2011 el Telegraph: "El colapso de las abejas amenaza la seguridad alimenticia mundial." Este problemas es tan grave que según las cifras la población de abejas en Estados Unidos ha disminuido en un 90%. El documental de la National Geographic llamado "El silencio de las abejas" aborda el tema con mucho detalle.


Muchos ven en esto el potencial cumplimiento de la profecía del tercer jinete del Apocalipsis y del hambre mundial. Y aunque parezca exagerado, lo concreto es que la desaparición de las abejas puede ser un evento apocalíptico que podría provocar un cambio profundo en la historia de la humanidad. La Biblia dice:

"Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. Y oí una voz en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite y el vino." Apocalipsis 6:5-6


El caballo negro ha sido interpretado por muchos estudiosos como la representación del hambre (Jeremías 4:28; Lamentaciones 4:8-9). El que lo montaba traía una balanza en la mano, indicando que habrá una escasez de alimentos en todo el mundo, tal como podría suceder con la extinción de las abejas. Si la oferta de alimentos en el mundo disminuye, traería consigo una inflación en los productos alimenticios. La Biblia afirma lo mismo. El denario en la Biblia era el salario de una persona por el trabajo de todo un día (Mateo 20:2,9), mientras que dos libras de trigo o seis de cebada correspondía a la canasta mínima de alimentos en tiempos de Jesús. La interpretación es que el hombre tendrá que trabajar todo un día sólo para poder comprar lo mínimo para comer.


Se estima que un tercio de los alimentos que nos llevamos a la boca son producto de la polinización de las abejas, por lo que se calcula que la extinción de las abejas traería consigo una catástrofe alimenticia a nivel mundial y graves consecuencias para la supervivencia humana en el largo plazo. Ello provocaría además la consecuente alza en el nivel de precios de los productos alimenticios. Por ello, nos sorprende al inmensa similitud entre esta noticia y la profecía del Apocalipsis.

Pero hay más, puesto que no todos los productos agrícolas sufrirán con la extinción de las abejas. Según el Ministerio de Agricultura de Canadá todas las variedades comerciales de uvas se autofecunda y son polinizadas por el viento; no necesitan de las abejas para su proceso de polinización. Pero además, según el Ministerio de Agricultura de EE.UU. para los olivos el viento es el principal agente de transferencia de polen; no necesitan de la abejas. Si la uva y el olivo no sufrirán daño, entonces tampoco el vino y el aceite se verán afectados por el colapso de las abejas, tal como lo dice el Apocalipsis.